El gatillazo es el término más popular para denominar la pérdida de la erección durante una relación sexual. Puede ocurrir de forma puntual o repetida en el tiempo y puede causarnos malestar (ansiedad, preocupaciones, baja autoestima…) o no.
¿Qué es un gatillazo?
Un gatillazo o disfunción eréctil es la incapacidad de tener y/o mantener una erección del pene que permita disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias en las que se incluya la penetración (anal y/o vaginal) de forma repetida y que causa malestar a ti, tu pareja o relación.
Es decir, en muchas ocasiones los gatillazos son sinónimos de disfunción eréctil, pero no siempre.
Aunque la disfunción eréctil suele ser más común a partir de los 40 años, puede ocurrir a cualquier edad. Más de la mitad de las personas con pene tendrán al menos un gatillazo a lo largo de su vida.
Es importante tener en cuenta que somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos y que nuestra esperanza de vida supera los 80 años, así que hay que darle la importancia que merece.
Tener disfunción eréctil no es raro, no te convierte en un “mal amante” o pareja, no solo te ocurre a ti y, por supuesto, no es un tema del que avergonzarse. Con el tratamiento adecuado, podrás mejorar tu erección y solucionar tu problema fácilmente en la mayoría de casos.
Causas del gatillazo
¿Por qué ocurre el gatillazo? ¿Cuáles son sus causas? Las causas de la disfunción eréctil las podemos dividir en:
Médicas
La disfunción eréctil puede estar causada por diversas patologías (colesterol, diabetes, hipertensión arterial…), daños neurológicos (daños en la médula espinal, cirugía pélvica, esclerosis múltiple…), alteraciones hormonales (bajos niveles de testosterona), consumo de fármacos (hipotensores, antidepresivos, antipsicóticos…), consumo de alcohol, tabaco, vida sedentaria, mala alimentación…
Psicológicas
En la mayoría de ocasiones, sobre todo en hombres menores de 40 años sin patologías previas, la causa de la disfunción eréctil es psicológica.
La causa psicológica más frecuente es la denominada “ansiedad de ejecución”, es decir, nos imponemos a nosotrxs mismxs que tenemos que “rendir” y sentimos ansiedad al no cumplir nuestras expectativas.
También se encuentra el “fenómeno del observador“, en lugar de dejarnos llevar por el placer y las sensaciones en un encuentro erótico, estamos pendientes de si vamos a conseguir tener una erección o cuál es el estado de nuestro pene.
Una vez que aparecen estos ingredientes en la ecuación, nos desconcentramos, dejamos de sentir placer y, en efecto, la erección no aparece o desaparece. Debido al modelo coitocentrista del placer, pensamos que sin una erección potente no podremos hacer disfrutar a la otra persona ni disfrutar nosotrxs, y empezamos a sentirnos mal.
La próxima vez que vayamos a tener relaciones sexuales estaremos preocupadxs por si vuelve a ocurrir, aumentando la ansiedad. Se genera un círculo vicioso que cada vez es más intenso y nos genera mayor malestar.
Claros indicadores de que la causa es psicológica son la presencia de erecciones nocturnas, el mantenimiento de la erección durante la masturbación y/o mantenerla con algunas parejas o en algunas situaciones concretas.
Existe el mito de que la disfunción eréctil aparece cuando no deseamos a nuestra pareja, no nos excita o cuando hemos sido infieles. ¡No es cierto! Creer esto genera mucha culpa, miedo e inseguridad en ambas personas, pudiendo resentirse la relación.
¿Qué relación tiene el estrés, el nerviosismo o la ansiedad con las erecciones?
Nuestro sistema nervioso autónomo se subdivide en la rama simpática y parasimpática.
La rama simpática está implicada en procesos necesarios para la supervivencia, como la lucha o la huida. Mientras que la rama parasimpática está implicada en procesos de mantenimiento y descanso del organismo.
Como ambas ramas no pueden funcionar a la vez, cuando estamos estresadxs y preocupadxs se activa la rama simpática para dar respuesta esa “amenaza”. Por muy excitadxs que estemos o deseemos tener/mantener la erección, nos resultará imposible.
Para tener una erección, necesitamos que se encuentre activa la rama parasimpática, así nos podremos dejar llevar por el placer y las sensaciones.
Erecciones según nuestra edad
¿Sabías que hay diferencias en la función eréctil según nuestra edad?
Adolescencia hasta los 25 años aproximadamente
Las erecciones son fuertes, de carácter espontáneo y frecuentes. Aparecen ante un estímulo que resulta excitante.
Entre los 30 y los 45 años aproximadamente
La acumulación de situaciones estresantes y el no llevar una vida sana, empieza a pasar factura en las erecciones, haciendo que sean menos frecuentes y, en ocasiones, menos potentes que antes. Sin embargo, siguen produciéndose de forma espontánea.
Entre los 50 y los 65 años aproximadamente
A esta edad pueden aparecer los primeros problemas cardiovasculares, tensión, colesterol, diabetes… lo cual disminuirá la frecuencia de las erecciones y hará que a veces no sean completas (comúnmente se le conoce como “tenerla morcillona”).
A partir de los 70 años
A esta edad las erecciones espontáneas son muy ocasionales, aunque sí lo suficientemente intensas para lograr la penetración. Eso no quiere decir que sea momento de renunciar al sexo, sino que es un buen momento para redescubrir vuestro placer, descubriendo sensaciones y formas de estimulación diferentes a la penetración (os recomendamos que lo hagáis a cualquier edad, ¡hay muchísimos placeres por descubrir más allá de la penetración!).
¿Cómo se puede prevenir un gatillazo?
Si bien las causas de la disfunción eréctil son múltiples, hay pautas de salud general que podemos seguir para disminuir la frecuencia de los episodios y/o prevenirlos:
- Lleva una alimentación sana y equilibrada en la que no falten las frutas, las verduras y las legumbres.
- Evita el consumo de tabaco (consúltanos si no sabes cómo dejarlo, somos psicólogas, sexólogas y terapeutas de pareja) y alcohol.
- Recuerda que el descanso es muy importante. Procura dormir un mínimo de 7 horas todos los días y dedicarte un ratito de autocuidado.
- Realiza ejercicio físico.
- Comunícate de forma asertiva con tu pareja. Cuéntale tus miedos, preocupaciones, necesidades… y que te transmita los suyos. Recuerda que el sexo va más allá de la penetración y que necesitar ayuda profesional no tiene nada de malo. ¡Recorreréis un camino que os unirá como pareja!
- Ejercicios Kegel: los hombres también tienen suelo pélvico y fortalecerlo tiene múltiples beneficios.
¿Qué hacer si te ocurre un gatillazo?
En primer lugar, recuerda que ni es algo raro o de lo que sentir vergüenza ni algo que te ocurra solo a ti. Es algo normal que le puede pasar a todo el mundo.
En segundo lugar, te damos algunos consejos:
- Si necesitas parar y hablar con tu pareja, hazlo. Es importante normalizar la situación. Explícale que la disfunción eréctil es algo normal y que no tiene ninguna relación con que no te excite, no te parezca atractivx, haya una infidelidad… Tomaos también un rato para hablar sobre vuestras emociones y preocupaciones. La comunicación es importante y nos une.
- Si queréis seguir jugando, ¡hacedlo también! Probad otro tipo de estimulación (sexo oral, masturbación conjunta, petting, uso de juguetes…), déjate llevar por las sensaciones y el placer. Puede que la erección vuelva sola y, en caso contrario, ambxs habréis disfrutado. El sexo no debería girar en torno al pene y recuerda que el pene no erecto también siente placer.
- Si es algo que ocurre de forma recurrente y te impide disfrutar de forma plena de tu sexualidad, no lo dejes pasar y busca ayuda. En primer lugar, pide cita con tu médicx de cabecera o urólogx para realizar una analítica completa y/o otras pruebas complementarias.
Si se descarta la causa médica, pide cita con una psicóloga especialista en sexología como nosotras. Recuerda también que, aunque la causa sea médica, la terapia te ayudará igualmente a disfrutar más y a sentirte mejor, tanto a ti como a tu pareja.
Si es tu pareja quien sufre disfunción eréctil, recuerda la importancia de tratar la situación con calma. No le hagas sentir vergüenza ni le culpes y tampoco te culpes a ti. No hay culpables y no es nada malo, es algo completamente normal que puede pasar en cualquier momento. Podéis seguir disfrutando del sexo sin penetración y buscar ayuda profesional para solucionar el problema.
Pide tu sesión o infórmate sobre la terapia desde aquí o por email
Somos psicólogas sanitarias, sexólogas y terapeutas de pareja, por lo que podremos tratar tu disfunción eréctil o la de tu pareja.
Además, también podremos potenciar vuestro placer, crecimiento erótico y vuestra relación, trabajando aspectos tan importantes como la comunicación, el reparto de tareas, el ocio a solas y en pareja…
Hacemos sesiones online y presenciales en Valencia.
Productos para tratar el gatillazo
Por último, queremos enseñarte tres productos que recomendamos mucho en terapia (👁 no son sustitutivos de la terapia ni de ningún tratamiento).
El primero es la Crema Dragon de Shunga, que potencia las erecciones, ya que incrementa las sensaciones y el placer con su potente efecto frío-calor. Aplícate un par de gotas en el glande y masajealo, ¡te ayudará a dejarte llevar!
También aumenta el placer a las personas con vulva. ¡Podréis disfrutar mucho más juntxs!
El segundo es Sweller, un anillo para el pene que facilita que la erección aumente, gracias al aumento de sangre en el pene.
Y el tercero es un juguete que nos permite pasarlo bien y practicar. Recomendamos el Kit Masturbador, pero si quieres probar y no lo tienes muy claro, puedes empezar con el Masturbador Joy Cup en la modalidad masculina con vagina o también con forma de ano, la que prefieras.